Negocios post-COVID

Por Rogelio Serrano Pérez

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La COVID-19 vino a cambiar al mundo. Ahora, el trabajo no solo debe ser seguro, sino limpio y seguro. Más higiene. Es algo que los empleadores deben brindar desde ya, porque, incluso si se lograra la inmunidad frente al coronavirus las personas, tanto empleados como clientes, esperarán altos estándares de limpieza. Posiblemente, los procedimientos lleguen a certificarse, como hace Salud Pública con los establecimientos gastronómicos, y, por supuesto, pueden llegar a ser auditables.

Se puede esperar que el aumento de equipos de protección personal como guantes y máscaras faciales en negocios orientados al cliente, como los de belleza y gastronomía, se convierta en norma.

Los procedimientos de entrada y salida de materiales deben cambiar, para minimizar la exposición al virus en toda la cadena de suministro. Quizás, si no se encuentra una vacuna, es probable que el modelo asiático de clasificación de trabajadores por estado de salud perdure y se implemente, incluso, en el mundo occidental. Un código verde en un dispositivo electrónico o pulsera puede indicar inmunidad al coronavirus y permitirle acceso al transporte, empleo y comercio.

Las tecnologías virtuales se emplearán más a menudo en las rutinas de trabajo, incluso se prevé un boom de la telemedicina. Los cambios en el transporte deben priorizar la mayor separación entre las personas. Todos los negocios deben anticipar que las rutinas ya han cambiado y algunas costumbres permanecerán en el tiempo.

Según el banco suizo, Credit Suisse, en el futuro se verán con nitidez la dimensión y la profundidad de los cambios provocados por la pandemia. Esta entidad realizó un estudio y, de acuerdo con su reporte, existen cinco grandes tendencias de inversión que se harán cada vez más relevantes: el cambio climático, sociedades preocupadas, cambio demográfico, infraestructuras y la tecnología al servicio del hombre.

 

EL MUNDO Y LA PANDEMIA, SE GANA Y SE PIERDE

Las noticias de desempleo rondan en la prensa de varios países, así como las escaseces, debido a la ruptura de la cadena tradicional del comercio y la economía a nivel internacional. No es de extrañar que miles y miles de empresas pequeñas y medianas caigan en la bancarrota o se vean obligadas a cerrar. Pero la crisis es para todos. Hay ejemplos que demuestran cómo las grandes también se han visto también afectadas.

Disney tuvo que cerrar sus parques de diversiones por todo el mundo, enfrentando una pérdida de 1 400 millones de dólares, según su director ejecutivo, Bob Chapek. Pero al mismo tiempo la compañía experimentó un inusual incremento en sus servicios de streaming (emisiones por Internet) tiene ahora más de 55 millones de suscriptores, cifra que a Netflix le costó cinco años obtener.

Y hablando de Netflix, sus suscripciones vieron un aumento del 47% en los últimos dos años. Una cifra que, si se compara con el incremento del 18% que obtuvieron los cines en el mismo período, habla clarísimo de que la tendencia del consumo de audiovisuales, como parte del entretenimiento doméstico, prospere en este mundo cada vez más signado por la tecnología, tras el azote de la COVID-19.

Sin embargo, las producciones de películas y series de la gran compañía norteamericana están detenidas por la pandemia del coronavirus.

Amazon levantó titulares en todo el mundo. A mediados de abril los clientes rebosaban en su sitio web y se gastaban unos 11 000 dólares por segundo. Las acciones de la empresa registraron una subida histórica. Unas semanas después los contables del grupo dejaron entrever que la compañía podría sufrir pérdidas por primera vez en los últimos 5 años. Resulta que con el aumento de pedidos hubo que contratar a 175 000 trabajadores más. Una vez más la COVID muestra su lado oscuro. Para el manejo sanitario responsable de los empleados y los gigantescos almacenes habría que gastar más miles de millones de dólares que lo ingresado por la empresa en los últimos tiempos.

 

EN CUBA TAMBIÉN SE REINVENTAN LOS NEGOCIOS

La Mayor de Las Antillas también ha sufrido el embate de la pandemia, sobre todo, el sector privado que continúa sin garantías de suministros. Muchos negocios pueden desaparecer en este contexto de carestías, otros, en cambio, aprovecharán las oportunidades, esas que son propias de las crisis, y crecerán en medio de la llamada nueva normalidad.

Creatividad es la palabra clave. Lo demuestra Clandestina, la marca cubana de ropas. Bajo su eslogan “Actually, me quedo en el gao”, cerraron su tienda en la calle Villegas y desde entonces venden online en clandestinaencasa.com: “Tú compras online y nosotros te lo llevamos a tu casa”.

Las tiendas online, que son harto conocidas en el mundo desarrollado, se convertirán, por necesidad, en una práctica de negocio cada vez más común en Cuba. Es necesario entender que también en el país hay multitudes de clientes que resuelven a diario una cantidad creciente de necesidades y deseos en Internet.

El reconocido restaurante, La Guarida, cerró hasta abril, cuando inició con el servicio “La Guarida en tu casa”. Así, los clientes contrataron los servicios del bar, cocina e incluso su propio chef privado a través de sus instalaciones portátiles.

Los servicios a domicilio, al parecer, también llegaron para quedarse. Pocos negocios practicaban este tipo de entregas antes de la COVID-19, y debido a la cuarentena, muchos optaron por llevar sus bienes y hasta sus servicios a los hogares. Hay negocios que incrementaron sus ventas, gracias a la publicidad en las redes sociales y el servicio a domicilio.

D´ la abuela, un emprendimiento de comida criolla a domicilio, apeló a la responsabilidad social y envió, con cada pedido, una botella de hipoclorito de manera gratuita y un manual informativo que explica las medidas de higiene necesarias para frenar la enfermedad y los síntomas que esta puede producir.

Luly Salón, un salón de belleza de Miramar, reforzó las medidas con el uso de nasobucos para el personal y para los clientes. Al recrudecer la situación epidemiológica, cerraron y se mantuvieron posteando tutoriales de belleza a través de las redes sociales para ayudar a sus clientas a arreglarse en casa.

 CAMAGÜEY, LENTO, PERO SE MUEVE

Camagüey es un tanto conservador. Se nota no solo a nivel de sociedad, sino en los emprendimientos. Hay mucho más dinamismo en otras provincias como Holguín y Villa Clara. Pero la tierra de El Mayor, impulsada por la COVID-19, también se transforma.

Los dueños de muchos negocios han entendido que llegó la hora de reinventarse y han cambiado ofertas y sumado servicios. El restaurante temático Excalibur incorporó las pizzas familiares a su oferta en medio de la pandemia. La pizzería Miranapoli incluyó el servicio a domicilio, que aún mantiene. Así, deben entender en otros negocios del giro que, incluso cuando haya cura para el coronavirus, muchos clientes privilegiarán los negocios que mantengan normas sanitarias elevadas, donde se respete el distanciamiento social.

El servicio a domicilio ha despertado el interés de muchos clientes y de muchos negocios. Emprendimientos surgidos en la COVID-19, como la entrega de dulces caseros a domicilio, pueden evolucionar y solidificarse. Otros ya establecidos han visto un incremento en sus ventas, gracias a la interacción en redes sociales como WhatsApp y Facebook.

Se han visto el auge de las recargas prepagos, de las recargas a domicilio y los pagos a través de Transfermóvil y En Zona. Los conocidos “paqueteros” han sido testigos de una demanda en aumento de sus servicios de entrega a las casas.

Aunque la mayoría se aferra a la manera que hasta ahora se han hecho los negocios, algunos ya dan los primeros pasos en la importación de materiales del extranjero, facilitada por las empresas estatales autorizadas recientemente para ello.

Otros más arriesgados han debutado en empresas de multinivel y en el mundo de las criptomonedas. La comunidad de lugareños crece en empresas como Trust Investing y Strong box 250. En estas empresas extranjeras hay decenas de miles de dólares invertidos por personas naturales de Camagüey.

En fin, cuando la nube de la incertidumbre la nubla la vista a los cobardes y los testarudos se anclan en el pasado, muchos valientes invierten en tiempos de crisis y comienzan a conformar nuevas fortunas.

Bibliografía: